Marcas chinas: La caja automática llegó para quedarse

Desde su creación las transmisiones automáticas han mejorado de un modo considerable, hasta el punto de que su funcionamiento supera por amplio margen a la mano más experta y su costo no impone restricciones para su uso masivo. En el último tiempo los fabricantes de origen chino comenzaron a ofrecerlas, aunque no en sus más recientes evoluciones.

Por: Antonio P. Salazar                       

Las cajas automáticas son casi tan antiguas como el automóvil mismo, aunque a lo largo de su historia la confiabilidad y eficiencia de estos conjuntos no ha estado exenta de críticas. En sus primeros años, las transmisiones equipadas con convertidor de torque en lugar de embrague trabajaban demasiado lento, casi no reaccionaban antes las aceleraciones, y para colmo de males las tres marchas que -por lo general- ofrecían no eran suficientes para administrar de buen modo los erogues de un motor de cilindrada media; hablamos de lo que sucedía en los años cuarenta.

Los fabricantes de Estados Unidos ayudaron a masificarlas, aunque no aportaron mucho en su desarrollo técnico. Hace siete décadas las firmas de Detroit les inventaban toda clase de pegajosos apelativos, como HydraMatic, PowerMatic, FluiMatic, etc, denominaciones comerciales que las hacían parecer diferentes entre sí, pero que en realidad sólo disimulaban el hecho de que se trataba del mismo tipo de transmisión.

El salto técnico vino desde Alemania, cuando la firma especializada ZF y el centro de desarrollo técnico Bosch anunciaron varias mejoras aplicadas, como la presencia de un convertido de par centrífugo, más liviano y eficiente, y la introducción de un mayor número de velocidades; en treinta años las cajas automáticas recién comenzaron a evolucionar, aunque su costo también subió varios niveles.

Entre las décadas del 80 al 90 la apreciación de los conjuntos automáticos cambió para bien, porque ya en los noventa los problemas de confiabilidad se resolvieron por completo, los costos de producción se redujeron y una nueva tecnología llegó para modificar la opinión de los usuarios; ZF presentó la caja automática secuencial, en algunos ejemplares Audi, escribiendo un importante capítulo en la cronología del automóvil.    

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Trabajo silencioso

 En Norteamérica y Europa las cajas automáticas son utilizadas prácticamente por todos los fabricantes de automóviles, sin distinción de segmento o tipología, mientras que en Asia los constructores de Japón y Corea del Sur han seguido esa misma senda, lo que dejaba a China en una posición un tanto rezagada; pero ya no más, porque eso comenzó a cambiar.

Lentamente las marcas de origen chino están sumando versiones automáticas a sus respectivos line ups, por el momento en sus ejemplares tope de gama, la mayoría de ellos SUVs. El principal proveedor de estos componentes es Aisin, grupo japonés que surte a casi todos los fabricantes del mundo, y que gracias a su libertad de asociación puede trabajar con todas las marcas chinas que soliciten sus servicios; nombres como Jac, Chery, Haval y Changan están entre sus clientes.

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Es un hecho que las cajas automáticas comenzaron a masificarse en los automóviles provenientes del dragón asiático, no obstante en términos tecnológicos aún queda trabajo por hacer. La mayoría de las transmisiones, por no decir todas, que están presentes en los ejemplares que se comercializan en los principales mercados del mundo, Chile entre ellos, cuentan con cuatro velocidades y montan un convertidor de par no tan brillante al momento de interpretar las ordenes que se envían mediante el acelerador; al final del día estas cajas son más ruidosas que precisas.

Por supuesto que Aisin tiene en sus gavetas algunos conjuntos más modernos y rápidos en su accionar, con mucha presencia de electrónica, pero obviamente que su costo es mayor y esa tecnología no está disponible para todos los fabricantes; como en todo orden de negocios, Aisin se reserva el derecho de brindarle lo mejor a los clientes que pagan más.

Lo bueno es que las marcas de origen chino ya entraron al juego, y seguramente que en un corto plazo serán capaces de montar sus propios conjuntos. China tiene la capacidad industrial para desarrollar sus propias transmisiones automáticas, por lo que estamos seguros que en los próximos años veremos esta inferioridad técnica como un capítulo anecdótico del pasado.

Por ahora se ofrecen conjuntos de cuatro velocidades, algunos de ellos con un modo secuencial que influye muy poco sobre la dinámica, pero eso está a punto de cambiar. El vertiginoso proceso de electrificación que está viviendo la industria del automóvil, prácticamente tornará obligatoria la presencia de transmisiones automáticas, lo que por supuesto dejará en la obsolescencia a las cajas manuales.     

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