Hyundai i30 N / Veloster N, el final de la inocencia.
Nuestros coterráneos fanáticos de la velocidad contaban las horas para recibir a los ejemplares pertenecientes a la familia N, la división de alto performance -con sede en Namyang- que el fabricante surcoreano Hyundai inauguró hace tres años junto a una moderna pista de pruebas.
Y la espera terminó antes de navidad, con la presentación de las variantes deportivas de los modelos i30 y Veloster, el primero fabricado en República Checa y el segundo en Corea del Sur, ambas unidades equipadas con un motor turbo gasolinero GDi de 2.0 litros que entrega una potencia máxima de 250 CV y 353 Nm de torque; sólo está disponible una transmisión mecánica de seis marchas y la tracción se comunica al eje trasero.
En el caso del i30, un “hot-hatch” que busca competir con el Peugeot 308 GTi, Renault Mégane RS y Volkswagen Golf GTi, se dispone de muchos elementos que refuerzan el aspecto exterior y de una larga lista de accesorios que configuran un cockpit al más puro estilo racing. Los pedales de aluminio, las aplicaciones “Performance Blue” en el volante, pomo del cambio y pantalla central, además de las anatómicas butacas frontales, hacen de esta cabina un entorno absolutamente deportivo.
En el Veloster también se anuncian y perciben soluciones radicales, sobre todo en la zaga que es donde más se realizaron ajustes aerodinámicos; posee un audaz alerón, que trae a la memoria al i20 WRC. Debido a su especial anatomía, en este habitáculo se siente con mayor fuerza el espíritu racing por efecto de la menor penetración de luz que permiten esos gruesos pilares C y la pequeña puerta de la derecha.
En ambos ejemplares está presente el sistema N-Grin, que ofrece cinco programas de conducción: Eco, Normal, Sport, N y Custom. Bajo se acción se regulan a voluntad los reglajes de la suspensión, la respuesta del acelerador, el cometido del control de tracción, así como la sensibilidad de la dirección y el tipo de información que queremos ver en el panel de instrumentos.
El i30 pesa 1.950 kilos y el Veloster registra 100 kilos menos sobre la balanza. No obstante, según datos entregados por la marca, la aceleración de 0 a 100 km/h es de 6,4 segundos, un tiempo idéntico para ambos ejemplares aunque en la pista las diferencias de carácter salen a relucir de inmediato. El i30 exterioriza un mayor aplomo y balance, en tanto que el Veloster muestra un evidente nerviosismo en el eje trasero, lo que en ningún caso merma su excelente desempeño ni disminuye la sensación de seguridad.
Si bien el equipamiento es un punto relevante, en este caso puntual sólo diremos que la lista es larga y que la presencia de una variopinta gama de dispositivos justifican esos $21.990.000 que se pagan por el Veloster N y los $22.190.000 que cuesta el i30 N. Las expectativas de ventas anuales señalan 60 unidades para el Veloster y 50 colocaciones para el i30.