Prueba: FAW R7 (1.6L / 114 CV CVT6)
Para FAW (First Automobile Works) el mercado automotor chileno es de suma relevancia, y es por eso que la marca representada por Tattersall Autos ofrece una completa gama de productos, entre los que se cuentan los SUVs D60, X80 Besturn y el nuevo R7 Sirius, el modelo que nos acompañó durante una semana y con el que disfrutamos de los hermosos paisajes que ofrece el Valle de Auco, cerca de Los Andes.
Compite con sus coterráneos Chery Tiggo 3, JAC S3 y MG ZS, en el segmento de los crossovers compactos, una categoría que anualmente se queda con casi el 50% del mercado total. De a poco el R7 comienza a notarse en las calles, especialmente los fines de semana que es cuando las familias salen de paseo y sobre todo a disfrutar de la movilidad independiente; considerando su asequible precio es una opción ideal cuando se busca el primer automóvil de la casa.
El diseño exterior me parece correcto, dentro de los estándares normales propuestos en esta categoría. No podía ser de otro modo considerando que es un traje diseñado a la medida en el estudio de Giorgetto Giugaro; claro que no es la única marca de este origen que ha confiado en el buen gusto de los italianos.
El frontal luce elegante, pese a lo exagerado que se ve el escudo del constructor, un óvalo que encierra un “1” en su interior, dígito que está escoltado por unos flequillos; creo que este emblema rivaliza con el de Geely, por el cetro del menos original.
La carrocería mide 4.305 mm de largo y la distancia entre ejes se encumbra hasta los 2.600 mm, cotas convenientes pensando en la habitabilidad interior y más aún cuando debemos estacionar en espacios reducidos. Me gustó el remate de los flancos, un arco prominente y plano, en cuya órbita giran unos neumáticos 215/55 R17.
En el habitáculo destaca el espacio disponible, merced a esos 1.655 mm de altura, volumetría idónea para que se acomoden tres viajeros adultos en la banca trasera, sin que entre ellos se produzcan roces o disgustos por la falta de movilidad; el centro de la banqueta es absolutamente plano. Otro asunto que está muy bien resuelto es el del acceso a la cabina, beneficio que corre por cuenta de un generoso ángulo de apertura de las puertas.
Probamos la versión tope de gama, equipada con caja automática (CVT) y tapiz de cuero ecológico. La pantalla táctil de 9” está presente en los tres niveles de dotación, y con respecto a los materiales y las terminaciones, me queda claro que este fabricante aún no se acerca al nivel de calidad logrado por Haval, que es el máximo referente de la industria china. En este FAW se advierte la presencia de polímeros rígidos y no muy suaves al tacto, componentes que, en su defensa, se ajustan al segmento y precio de este ejemplar.
Fácil de conducir
El puesto de conducción es simple, tan fácil de reconocer que casi no hay que invertir tiempo para ubicar los pulsadores y mandos. El volante es grande, anatómico al empuñarlo, y con respecto al instrumental analógico les puedo decir que su lectura es tan clara que casi no es necesario retirar la vista del camino para saber a qué velocidad vamos o cuál es el régimen de giro del motor. La palanca que opera la caja CVT está al alcance de la mano, en tanto que la pedalera está correctamente alineada.
Animado por un motor gasolinero de 1.598 cc, bloque que eroga 114 CV a 6.000 rpm y un torque de 155 Nm a 4.200 rpm, el FAW R7 avanza ágilmente pese a su envergadura; se ve corpulento pero se mueve como un crossover de menor tamaño. Claro que el buen desempeño del motor es opacado por una transmisión que piensa demasiado antes de actuar, un conjunto variable continuo que requiere de fuertes aceleraciones para romper la inercia, y evitarnos la incómoda experiencia de quedarnos sin capacidad de respuesta motriz.
Al cabo de algunos kilómetros logré entender ciertas peculiaridades del motor, pero más aún de la caja CVT, aunque les aclaro que esta debilidad nunca la noté en la ciudad, pero sí en la carretera y viajando a una velocidad elevada. Es importante conocer bien la máquina que nos transporta, porque de ese modo sabremos cuando pisar el acelerador, cómo frena y de qué modo enfrenta las curvas; lo bueno es que no es difícil entablar amistad con este crossover.
La suspensión posee un largo recorrido, que brinda comodidad en los caminos dañados pero que nos impide juguetear en los virajes, un ejercicio para el que, obviamente, no fue diseñado el R7. Al salir del asfalto y enfrentar una ruta agreste se agradece el largo recorrido lineal de la suspensión, que parece no tener límite porque por más que la castigué nunca acusó fatiga; lo mismo aplica a los frenos…son infatigables.
Entre los puntos mejorables está el tacto aguado de la dirección, el excesivo ruido que se filtra hacia el habitáculo, la presencia de algunos sonidos parásitos provenientes de los plásticos internos, lo forzado que es el cierre del portalón trasero, y la escasa sujeción lateral que ofrecen las butacas. Fuera de eso me parece un ejemplar correcto, bien ubicado en la escala de precios, y que puede responder con eficiencia a las necesidades de un grupo familiar.
Ficha Técnica
Precio: $9.990.000
Motor: 1.6L 114 CV / 155 Nm
Transmisión: Automática / 6 marchas
Tracción: Delantera
0-100 km/h: ND
Vel. Máxima: 185 km/h
Rend. Mixto: 12,9 km/l
Largo: 4.305 mm
Ancho: 1.780 mm
Alto: 1.655 mm
Entre ejes: 2.600 mm
Maletero: 375 lts