Prueba: Volkswagen Golf Variant, un station que honra su apellido

El apellido Golf es ampliamente conocido, sobre todo entre quienes gustan de las actividades deportivas, como los “trackdays” por ejemplo. Este modelo es un ícono dentro del segmento C, motivo suficiente para que otros fabricantes intenten imitarlo; es correcto decir que gracias a él existe la categoría de los hatchbacks deportivos, esos que tanto valoran los compradores de menor edad.

Pero en la siguiente prueba no revisaremos los asuntos dinámicos de un Golf GTi o de un Cabriolet, sino que centraré mi análisis en la opción familiar denominada Variant. El citado formato nos ofrece volumetría a manos llenas, junto a un desempeño sobresaliente, propio de su ADN.

La silueta Station Wagon, muy bien cotizada en otros mercados, en nuestro país no ostenta altos niveles de aceptación. Sus muchas cualidades son opacadas por los SUVs y Crossovers, por lo que agradezco el hecho de que aún existan marcas dispuestas a jugársela por este tipo de carrocería.

Escasez de portaobjetos   

Al Golf Variant le sobra elegancia. Posee un diseño exterior simétrico y equilibrado, con líneas que fluyen con nitidez y mucha armonía entre las raciones de metal y vidrio; no luce como una bóveda, ni tampoco como una pecera. El frontal anuncia a los cuatro vientos que se trata de un miembro de la familia Golf, mediante las reconocibles facciones de la citada familia de productos, entre las que destacan los faros con esquinas angulares y ese delgado listón que hace las veces de mascarilla.

Los flancos cuentan con amplios pasos de ruedas, para recibir unas llantas de 17 pulgadas, y ese extenso voladizo posterior me hace suponer dos cosas: que posee generoso espacio de carga y que el tren trasero no es muy firme en las curvas. De esto último hablaré más adelante.

La deportividad propia de un Golf está presente en el habitáculo. La primera satisfacción visual la brinda el cuadro de instrumentos analógicos, para enseguida ser gratamente sorprendidos por un volante de buen diámetro y empuñadura fácil de operar. El pomo del cambio es otro de los componentes bien realizados en esta cabina, sin dejar de mencionar que las butacas no se quedan al debe en cuanto a calidad de diseño; incluso la banca trasera sobrepasó mis expectativas.

Me parece un yerro no menor la escasez de portaobjetos, compartimientos que en un automóvil familiar se tornan muy necesarios. Otro punto débil es la calidad de la manilla con la que se ajusta la elevación de la butaca, al igual que la prolijidad de algunos ensambles; muchos de ellos no están a la vista, pero igual no esperaba toparme con este tipo de imprecisiones.

Un noble manejo

El carácter de este automóvil está dado por un motor turbodiésel de 2.0 litros, el que a 3.500 revoluciones eroga una potencia máxima de 150 CV, así como un torque de 320 Nm a partir de 1.750 rpm. Es un bloque de alta eficiencia y performance, ya que según datos oficiales ofrece un rendimiento mixto de 21,7 km/l y permite acelerar de 0 a 100 km/h en 8,9 segundos…nada mal considerando que debe mover una masa cercana a la tonelada y media, en vacío.

Otro punto destacable dentro del cuadro tecnológico de este Golf es que cuenta con los servicios de una transmisión DSG de seis velocidades, un conjunto de doble embrague pilotado y que ofrece la comodidad de una caja automática con la agilidad de un cambio mecánico. En esta versión, la con mayor equipamiento de la gama, la presencia de la mentada caja DSG concuerda con lo que en esencia es la principal virtud que debe poseer un coche de esta índole: comodidad de uso.

El motor lo sentí enérgico desde el primer instante, tanto así que en cuestión de minutos logré identificar la zona útil del cuentarrevoluciones; entre 1.500 y 2.500 rpm tendremos a mano la potencia y el torque, esos dos indicativos que hacen del viaje una grata experiencia.

La suspensión reacciona con nobleza, incluso cuando no la tratamos bien. El tren delantero mantiene neutralidad en las curvas y el tren trasero, pese a lo que me hizo pensar ese amplio voladizo, logra un notable aplomo; en un sendero zigzagueante nunca detecté alguna situación que me hiciera dudar de su correcto reglaje.

Frena muy bien, gracias a las ayudas electrónicas y a la presencia de discos en las cuatro ruedas. No soy particularmente fanático de las direcciones con asistencia eléctrica, pero puedo asegurarles que en este caso tanto la precisión como el feedback son excelentes.

Es un Station Wagon de buen desempeño, ágil, que destila calidad en sus componentes y que, por supuesto, es un digno portador del apellido Golf. Las ayudas electrónicas, como los controles de estabilidad y tracción, además del bloqueo de diferencial, mejoran considerablemente la experiencia de manejo.

FICHA TÉCNICA

Precio: $17.990.000

Motor: 2.0L 150 CV / 320 Nm

Transmisión: Automática / 6 vel.

Tracción: Delantera

0-100 km/h: 8,9 seg.

Vel. Máxima: 218 km/h

Rend. Mixto: 21,7 km/l

Largo: 4.562 mm

Ancho: 1.799 mm

Alto: 1.515 mm

Entre ejes: 2.620 mm

Maletero: 605 lts.