Subaru Impreza, los secretos de la quinta generación
Si tenemos que nombrar a uno de esos modelos que permitieron fortalecer la presencia de la firma japonesa Subaru en el mercado chileno, sin lugar a dudas que es el Impreza. En efecto, el citado ejemplar está presente desde 1992, cuando de un modo bastante tímido comenzó a moverse en el segmento C para quebrar la hegemonía establecida por Toyota en el ámbito de los coches familiares; en ese entonces tanto el Tercel como el Corolla se vendían bastante bien.
Tras cuatro exitosas generaciones, el Impreza muda de piel y suma algunos avances tecnológicos a su menú de cualidades. Está construido sobre una debutante plataforma, que le permite ofrecer cotas de 4.625 mm de largo en el sedán y 4.460 mm de longitud en el hatchback; en ambos casos se registran 2.670 mm de distancia entre ejes. Es una carrocería de gran tamaño, lo que concuerda con sus intenciones de competir en el segmento C Plus, grupo en el que se halla su principal adversario: el Mazda6.
La renovación estética involucra al frontal y de un modo menos drástico a la zaga, claro que sin omitir que en los flancos se advierte una marcada línea dinámica cóncava. En la vista general el diseño es más agudo, deportivo y personalizado, con ciertos elementos que ya comienzan a forjar la imagen futura de los productos desarrollados bajo este alero; es un hecho que el Impreza busca cautivar a los compradores de mayor rango etario.
En ambas tipologías, sedán y hatchback, se optó por un bloque motriz bóxer de cuatro cilindros, el que merced a sus 2 litros de desplazamiento puede generar una potencia máxima de 156 CV y un torque de 196 Nm. La transmisión es del tipo CVT, descartándose de plano el arribo de una caja mecánica. Como ya es costumbre al interior de esta marca, la tracción es integral AWD, con distribución de torque activo.
En materia de equipamiento destaca la presencia de dos tamaños de pantalla táctil, de 6,3 u 8 pulgadas según la versión, y se agregan elementos tales como freno de mano eléctrico, sistema Start & Stop y luces delanteras direccionales, entre otros. El paquete de seguridad lo componen el control de estabilidad VDC, el monitor de punto ciego BSD, los frenos ABS+EBD y el sistema de alerta de tráfico cruzado RCTA.
Seis versiones conforman el line up, tres en formato sedán e igual número de hatchback (Sport). En el primer grupo los precios van desde los $14.490.000 hasta los $16.990.000; en las unidades cinco puertas el rango de valores es idéntico. Las expectativas de ventas señalan 1.500 unidades por año, guarismo que junto al de los otros modelos de la marca permitirán alcanzar la meta de 6.500 unidades comercializadas en 2017; lustro en el que la firma nipona cumplirá 100 años en el mundo y 40 años de presencia en Chile.